La genialidad y la locura se pueden confundir y a veces van ligadas, dije hace algunos años al hablar de Daniel Johnston y de su espectacular canción «Some Things Last A Long Time». Lo cierto es Daniel Johnston sufre de esquizofrenia y transtorno bipolar, pero eso no le impide, no sé si le ayuda tampoco, ser el creador de preciosas canciones. Canciones que nos muestran como es su particular mundo, un mundo en el que caben desde Casper, el fantasma, hasta el Capitán América y por supuesto el amor, no correspondido eso sí. Jonston lleva mas de 30 años publicando su música, y más de 20 discos, alguno publicados en cassette, le avalan. Yo empecé a oír a hablar de él a raíz de un disco homenaje editado en 2004, «The Late Great Daniel Johnston: Discovered Covered«, en el algunos de mis artistas favoritos (Teenage Fan Club, Tom Waits, Mercury Rev, Flaming Lips,…) versionaban sus canciones. En lugar de aquel disco encontré este recopilatorio, que cubría todas su etapas, y no me arrepentí.
Curioso y apasionante, loco y genio, una maravilla en cualquiera de los casos.
True love will find you in the end
You’ll find out just who was your friend
Don’t be sad, I know you will,But dont give up until
True love will find you in the end
This is a promise with a catch
Only if you’re looking can it find you
âCause true love is searching too
But how can it recognize you
Unless you step out into the light?
Don’t be sad i know you will
But don’t give up until
True love finds you in the end.
de rock, sí ya sé, lo mío es el pop, pero cuando te encuentras un grupo como este es difícilísimo escapar a su embrujo. Conocí a My Morning Jacket gracias a este «Z» (2005) su cuarto disco, el más accesible de los discos que habían publicado hasta entonces. Leí una buena crítica del disco y me decidí a escucharlo, el arranque con «Wordless Chorus» desarma a cualquiera, un pedazo de tema con la voz de
Paseaba una tarde de febrero de 2005 por una tienda de discos, bueno en realidad una megatienda de origen francés (no haré publicidad), ya que en 2005 eran muy pocas las tiendas de discos que quedaban, en aquella época aún tenían la costumbre de poner un disco, normalmente una novedad, para que los clientes lo escucharan, cuando empezó a sonar «






