Corría el año 1984 y el falsete de Jimmy Sommerville se colaba en la radio-formulas de la época, su «Small Town Boy» y sobre todo aquel estribillo (“Run away, turn away…») no paraban de sonar en todas partes, mi recuerdos me traen a un tipo pequeño, con el pelo a lo tintín y que se movía de una manera ciertamente curiosa, probablemente lo viera en “Tocata”, aquel programa que nos enseñaba los grupos más comerciales de la época. El disco no sólo tenía esta canción si no que había otros temas como “It ain’t necessarily so”, “Why” y algún clásico de la pista de baile como el “I feel Love” de Donna Summer en el que colaboraba Marc Almond, otro icono gay, porque no lo he dicho, pero el título del álbum hace referencia a la edad permitida para que dos personas del mismo sexo puedan mantener relaciones sexuales. A mi el disco me sigue haciendo mover los pies…
You leave in the morning with everything you own
In a little black case
Alone on a platform, the wind and the rain
On a sad and lonely face

Prejuicios ninguno. Eso es una premisa, que siempre he mantenido cuando he hablado con alguien sobre los discos que me gustan y los que no, es verdad que con el paso del tiempo eso empieza a ser más difícil (cuando mi hijo mayor pone la radio en el coche, me cuesta mantener la premisa, lo reconozco). Lo dicho, prejuicios ninguno, bueno venga, va, prejuicios pocos. Este «Entre el Cielo y el Suelo» de Mecano es un discazo, porque tiene enormes canciones, es así. «Cruz de Navajas», «Hijo de la Luna», las dos de Jose María Cano, son enormes, pero es que incluso las de Nacho Cano, «Ay que pesado», «No tienes nada que perder» son buenas canciones (para mí, claro). Por encima de todas ellas, la CANCIÓN, «Me cuesta tanto Olvidarte», la que hace que este disco esté aquí. Un temazo, para rematar un discazo. Sin prejuicios.
El primer disco de Soft Cell, el dúo formado por el gran Marc Almond y Dave Ball, paso a la historia por contener una versión del clásico del Northern Soul «Tainted Love», clásico que poca gente conocía en el año 1981 y que desde entonces poca gente no es capaz de reconocer tras los primeros compases. El disco no sólo era esa canción, destacaban también «Say Hello, Wave Goodbye» y «Bedsitter» pero el tremendo éxito de «Tainted Love» fagocitó al resto. Yo bailé, aun lo hago, al ritmo de estas canciones y es que el disco es un bonito representante de lo que se llamó «synth-pop», es decir, pop con sintetizadores. Lo curioso del disco es que a pesar de tener una producción de bajo coste no ha envejecido nada mal, un clásico vaya. Marc Almond, volverá a aparecer por aquí, por que he seguido su carrera y porque alguno de sus discos posteriores son piezas básicas de mi discoteca.
Recuerdo perfectamente la compra de este disco y la primera escucha, corría el año 1987 (el disco es de 1986). Una voz preciosa, y unas canciones que son puro terciopelo que acaricia tus oídos. También recuerdo pensar que si había un disco adecuado para una velada romántica era este, con 17/18 años se piensa en poco más, lo que no recuerdo es si esa velada llego a ocurrir o no (je,je). Hay dos canciones que destacan por encima del resto: «Sweet Love»y «Caught Up In The Rapture of Love». 











