La Bien Querida – “Romancero”

labien queridaLlega Septiembre y con el  la vuelta a la vida “normal”, también se acerca el final de mi lista, este es el disco 345, me parece increíble. Y con Septiembre, aqunque no sea así, para mí empieza el otoño y nada mejor para arrancar está estación que un disco como el de hoy. La Bien Querida, el alias de Ana Fernández-Villaverde, para mí es el último gran descubrimiento del indie nacional. De su primer disco, Romancero (2009), habían circulado bastantes de las canciones mucho antes de ser editado, incluso había ganado algún  premio a la mejor maqueta, todo el mundo esperaba con ansia el disco. No defraudó, a pesar de que hubo gente a la que no le gustó nada la producción del disco, la belleza de las canciones es brutal, canciones de amor/desamor desde todos los ángulos pero con una belleza extrema. Canciones por encima de todo. Con una letras preciosas, sin recurrir a artificios, como escuché una vez  al gran Carlos Berlanga, “si quieres contar algo, hazlo”, es justo lo que hace La Bien Querida. Y hacer que  parezca sencillo algo que es realmente complicado es algo que no está al alcance de cualquiera. “Y justo antes de irte te pusiste a hablar de amor Amor, eso digo yo eso dices tú pero no lo veo” canta en “Ya No” con esa voz entre delicada y dura, que a mi en algún momento me trae recuerdos de Jeannette, “Si lo único que me interesa es verte sonreír” en “A.D.N.”, así de simple. El disco está repleto de ejemplos. “Romancero” es otro de esos discos que se cuela en tu cabeza poco a poco hasta que un día en la ducha te sorprendes a tí mismo cantando, “Y luego me he ido y me han venido de golpe las cosas que te hubiera dicho”. Una delicia.

Esta mañana escuché en el jardín de tu casa
Una canción que decía algo parecido
A lo que venia pensando
Mientras tú leías un libro
Y me quedé sin palabras
Porque no tuve ni tengo el valor de decirlo
Que me hubiera casado contigo, de habérmelo pedido

Y luego me he ido
Y me han venido de golpe
Las cosas que te hubiera dicho
Las cosas que nunca te digo
Porque siempre me pasa lo mismo

Y luego me he ido
Y me han venido de golpe
Las cosas que te hubiera dicho
Las cosas que nunca te digo
Porque siempre me pasa lo mismo

 

Bonus Por si fuera poco, Ana Fernández-Villaverde y su pareja David Rodríguez, el productor del disco, son los protagonistas del video de animación que hicieron Antònia Font para su “Calgary 88”

Niza – “Canciones de Temporada”

a0831817323_10“Solo tengo que hacer chu y apareces tú” dice parte del estribillo de “Amor Cúbico”, la canción que abre este primer disco de Niza, en clara referencia/homenaje a aquel “Chas y Aparezco A Tu Lado” de Alex Y Christina, lo que para mí ya fue suficiente para prestar atención al resto del disco. Ya hablé de Niza al escribir la entrada sobre las “Siete Maletas” de Zola, aunque ellos fueron probablemente los que más tardaron en editar su disco largo, aunque la espera mereciese la pena, al menos en mi opinión.

El disco está divido en dos caras diferenciadas, cual vinilo clásico, la primera dedicada al solsticio de verano y la segunda más pausada al de invierno. Un delicia, en sus dos caras, con una Silvia Sanz con una manera de cantar que me recuerda por momentos a Jeanette y con sonoridades que mezclan el POP y la Bossa Nova. LAs tres primeras canciones del disco “Amor Cúbico”, “Por las Tardes” y “Parasol” te atrapan sin remedio, delicatessen pop. Cuando te quieres dar cuenta llega “Septiembre” (“Y no sé que pudo ser lo que me hizo pensar que tal vez tu y yo nos podríamos amar”) la canción que abre la segunda parte, el otoño llega, y con el la tristeza, la nostalgia y ritmos más lánguidos pero no por ellos menos atrayentes. Soy un blando lo sé, pero este tipo de discos me desarman.

El tiempo pasó,  Niza desapareció como grupo, a Silvia la podemos escuchar en alguno de los discos de La Casa Azul (es la chicas de Guille Milkyway), pero nos dejaron un disco curioso y alguna canción memorable.

Sin explicar porqué me dejas de besar
Una vez más me vuelves a plantar

Me regalaste aquel disco de Jobim
Del que hablabas sin parar
Y por la tarde me invitaste a merendar
En cualquier bar un café

Y sin saber porqué me dejas de querer
Me curaré con bonitas canciones

Me regalaste aquel disco de Jobim
Del que hablabas sin parar
Y por la tarde me invitaste a merendar
En cualquier bar un café

 

ó “Canciones de Temporada” – Niza