Sun Kil Moon, es Mark Kozelek, Mark Kozelek era el líder de los Red House Painters. Cuentan que es un tipo malhumorado, al menos con la prensa, y eso se nota en sus canciones. Canciones duras, descarnadas, así es Benji (el título es un homenaje a la peli favorita de Mark cuando era un niño), un disco de historias duras, muy duras, . Como la historia de «Carissa”, su prima segunda, madre adolescente con una vida arrastrada y que muere quemada a los 35 después de arrojar al fuego un spray una noche al tirar la basura, o como la de su tío, el abuelo de Carissa y protagonista de “Truck Driver», que murió de la misma forma unos años antes. (Joer, ¿cuál es la probabilidad de morir abrasado así?, ¿y que dos personas de la misma familia mueran de la misa forma?) Por Benji, pasean además de sus familiares muertos, su madre, a la que, a pesar de reconocer la dificultad de su relación con ella, manifiesta su amor incondicional en “I Can’t Live Without My Mother’s Love”, su padre, el hombre que le enseñó que no todo era blanco o negro, y que el día que volvió hablando de un chico nuevo albino le hizo comprender que el color de la piel o del pelo no hacían mejores o peores a la personas y al que el dedica “I Love My Dad”.
Mark nos cuenta sus primeros escarceos amorosos en “Dogs”, la historia del amigo de su padre “Jim Wise” que mató a su mujer y luego intento suicidarse, la del asesino en serie Richard Ramírez, la de “Micheline” la chica desequilibrada de su barrio de la que un desgraciado acabó abusando, la de Brett su amigo de la infancia al que un aneurisma dejo incapacitado. Y para acabar, después del desfile de vidas rotas y perdedores, probablemente la canción más accesible del disco, “Ben’s My Friend”, Ben es Ben Gibbard, el cantante de Death Cab For Cutie y The Postal Service (grupos ambos que aparecerán por aquí), y en ella Mark reflexiona sobre la vida de un tipo de 46 (mi edad en el momento que escribo esto) mientras asiste a un concierto de The Postal Service.
Si una tarde de domingo lluvioso de otoño tenéis una hora que podáis dedicar a paladear un gran disco, no lo dudéis, es este.
Micheline used to come to our house and knock on our door
My dad would answer and say, «What do you want girl?»
And she’d say, «Can I take a bath with Mark?»
My dad would say, «My son ain’t here
Send her home and shut the door and we’d all laugh
And Micheline would walk down the street
Glowing and smiling like she just got Paul McCartney’s autograph