Inmarcesible, esa es la palabra que me ha venido a la cabeza hoy justo al acabar de escuchar por tercera vez consecutiva «Diamond Life» (1984), el primer disco de Sade. Inmarcesible, es una palabra que aprendí no hace mucho, lo reconozco, y que tenía muchas ganas de usar, para que no tengáis que buscar su significado, en el caso que como yo hasta hace nada no lo sepáis, significa que no se puede marchitar. Siempre joven, vaya. Con las producciones que se hacían a mediados de los 80 lo normal hubiera sido que este disco también las hubiera sufrido, pero Robin Millar, que también produjo a Everything But The Girl y Working Week, hizo que la mezcla de jazz y pop que practicaba el grupo de Sade Adu tuviera una pátina clásica que ha hecho que más de treinta años después «Smooth Operator», «Hang On To Your Love» o «Your Love Is King» sigan sonando igual de bien que entonces. Los discos de Sade se han ido espaciando cada vez más en el tiempo, ojalá otro pronto.
Diamond life, lover boy
He move in space with minimum waste and maximum joy
City lights and business nights
When you require streetcar desire for higher heightsNo place for beginners or sensitive hearts
When sentiment is left to chance
No place to be ending but somewhere to startNo need to ask, he’s a smooth operator
Smooth operator, smooth operator
Smooth operatorCoast to coast, LA to Chicago, western male
Across the north and south, to Key Largo, love for saleFace to face, each classic case
We shadow box and double cross
Yet need the chaseA license to love, insurance to hold
Melts all your memories and change into gold
His eyes are like angels but his heart is coldNo need to ask, he’s a smooth operator
Smooth operator, smooth operator
Smooth operatorCoast to coast, LA to Chicago, western male
Across the north and south, to Key Largo, love for saleSmooth operator, smooth operator
Smooth operator, smooth operator
Smooth operator, smooth operator
Smooth operator, smooth operator
Smooth operator, smooth operator
ó aquí